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Los mayores mitos sobre la inversión

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¿Por qué no siempre es adecuado medir el riesgo de inversión a través de la volatilidad y cómo pueden los inversores proteger sus carteras contra la inflación y el riesgo de pérdida de capital?

El concepto de riesgo es un concepto bastante confuso y oscuro en las finanzas modernas. La definición tradicional de riesgo en los libros de texto es que el riesgo es la desviación estándar o la volatilidad. Esta definición es conveniente a efectos académicos porque cuantifica el riesgo de una cartera de inversiones. Pero es una definición errónea por varias razones:

  1. La volatilidad no siempre es mala. De hecho, la volatilidad con un sesgo positivo es algo bueno. Un inversor estará contento con una asignación de activos en la que la cartera suba un 20% anualmente y ocasionalmente baje un 5%. Pero esta cartera se considera volátil en relación con muchas otras carteras de inversión.
  2. La teoría de la cartera no explica adecuadamente el hecho de que la renta variable sea mucho más arriesgada que la renta fija. Esto a menudo conduce a carteras que no sólo están sobreponderadas en acciones, sino sobreponderadas más allá de lo que sugiere la asignación nominal de acciones en la cartera. Por ejemplo, una cartera compuesta por acciones/bonos en una proporción de 60/40 no heredaría un 60% de volatilidad con una proporción de acciones del 60% en la cartera. Dado que la renta variable es mucho más volátil que la renta fija, la cartera generará alrededor de un 80-90% de volatilidad a la baja con una proporción del 60% de renta variable en la cartera.
  3. El sesgo negativo puede ser bueno en una cartera. Por ejemplo, muchas formas de seguro de cartera tienen un sesgo negativo natural y reducen la rentabilidad. Sin embargo, sería extraño argumentar que esto es siempre una mala idea, incluso si el inversor no necesita utilizar el seguro.
  4. Los inversores no viven en un mundo de libros de texto y no juzgan necesariamente sus carteras según los conceptos académicos que guían la forma en que muchos gestores de carteras juzgan el rendimiento de las mismas. Esto puede provocar un conflicto de intereses entre la percepción del inversor sobre la gestión del riesgo y la del gestor de activos.

Para la mayoría de los inversores, el «riesgo» de poseer activos financieros es la falta de éstos cuando los necesitan. Esto se debe principalmente a dos factores:

  1. El riesgo de pérdida del poder adquisitivo de las inversiones (riesgo de inflación).
  2. El riesgo de pérdida de capital.

El riesgo de pérdida de capital se produce cuando el valor del capital de un inversor disminuye y éste se ve obligado a registrar una pérdida por cualquier motivo (emergencia, factores de comportamiento, excesiva atención a los resultados a corto plazo, etc.). El riesgo de pérdida de poder adquisitivo de una inversión es la probabilidad de que los ahorros de un inversor no sigan el ritmo de la inflación.

Para visualizar cómo pueden protegerse los riesgos mencionados mediante la asignación de activos, es útil considerar este concepto en una escala que muestra cómo puede invertirse el capital en diferentes clases de activos:

El gráfico muestra el nivel de protección de una cartera de inversión con diferente asignación de activos a la renta variable y a la renta fija en función del riesgo de inflación y del riesgo de pérdida de capital. En el eje horizontal, el nivel de protección de la cartera contra el riesgo de pérdida de capital. En el eje vertical, el nivel de protección de la cartera contra el riesgo de inflación

Un inversor que quiera protegerse contra el riesgo de sufrir pérdidas debe invertir el 100% en efectivo. Sin embargo, al hacerlo, correría el riesgo de perder el poder adquisitivo de la inversión por la tasa de inflación de cada año, ya que el efectivo se refiere a las letras del tesoro y otros instrumentos sin riesgo a corto plazo. Del mismo modo, un inversor que quiera protegerse contra el riesgo de inflación debería invertir todo su capital en acciones, ya que las empresas reciben flujos de caja vendiendo bienes y servicios con una prima por encima del coste de producción. Los bonos, en cambio, no proporcionan necesariamente una protección perfecta contra el riesgo de pérdida de capital o el riesgo de inflación, pero sí ofrecen al inversor una combinación más armoniosa de ambos.

Una cartera equilibrada de acciones, efectivo y bonos suele proteger contra estos riesgos de forma bastante uniforme. Mirar el mundo a través de la lente de una escala de asignación de activos proporciona a los inversores una perspectiva mucho más realista y equilibrada de cómo el riesgo de mercado afecta a sus inversiones reales. Por supuesto, el «riesgo» tiene un significado diferente para cada persona, por lo que debemos tener cuidado a la hora de reducir conceptos complejos a cifras únicas que creen modelos claros del mundo. En realidad, nuestra vida financiera es mucho más compleja que los modelos claros del mundo.

Trader de criptomonedas y mercados de capitales tradicionales. Miembro del Programa de Becarios Profesionales del Departamento de Estado de los Estados Unidos. Es analista financiero colegiado y miembro de pleno derecho del CFA Institute y de la CFA Society. Licenciado en finanzas Universidad de Europea (Madrid).

2 Comentarios

2 Comentarios

  1. DiegoAdventure

    6 de marzo de 2024 at 03:56

    Existen muchos mitos sobre la inversión que pueden confundir a la gente. Es importante informarse bien antes de tomar decisiones.

  2. SilviaSunnySide

    24 de marzo de 2024 at 02:40

    es demasiado arriesgada

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